viernes, 30 de octubre de 2009

Frei y sus nuevos tiempos

¿Un giro hacia la izquierda?

"No más abusos de bancos y financieras" - afirma con audacia uno de los avisos publicitarios de la campaña de Eduardo Frei. ¿Cambió su forma de pensar Don Lalo? ¿O sencillamente no le quedó otra?

Por Esteban Martínez Covarrubias

La Concertación se viene cayendo a pedazos desde hace mucho. Son ya más de 10 años en que la coalición de gobierno se sostiene bajo la sombra de caras y no de ideas. En el período 2002-2005 fue Ricardo Lagos el niño símbolo. Hoy es Michelle Bachelet. Y en relación a Frei comparto el comentario de Patricio Navia expresado este domingo en Estado Nacional : "Quiere ganar la elección disfrazándose de Bachelet". Pero yo no me quedo ahí solamente, para mi Frei ha buscado toda esta campaña dar imagen de algo que definitivamente no es. Llámenlo como quieran: progresismo, izquierdismo, da lo mismo. ¿Las razones de este travestismo político? Simple: no le quedó otra.

Durante estos 20 años de gobiernos de la Concertación ha existido un factor importantes que ha ayudado a que esta coalisión se mantenga en el poder: la poca renovación del padrón electoral. Elección tras elección la tasa de inscritos ha sido muy baja. Por ejemplo, para las presidenciales de 1993 y de 1999 votaron prácticamente las mismas personas (incluso en 1999 habían menos inscritos que en 1993, es decir, fueron más los que en aquel período dejaron de votar por edad o muerte que quienes se sumaron a los registros) (*1).

Ya con los años esta realidad fue poco a poco cambiando, para 2005 fueron 200 los nuevos inscritos en los registros y para esta elección es probable que sean 100 mil los nuevos inscritos. En cifras estamos hablando de que haciendo el ejercicio de sumar y restar entre los años 1990 y 2009, para esta presidencial votarán apróximadamente 600 mil personas que en 1990 tenían entre 0 y 10 años. Sumemos a aquel dato la cantidad de gente que en estos 20 años ha fallecido o por salud ya no puede votar. Estamos hablando de una renovación del padrón cercana al 20%. Eso es mucho poder y un nuevo público, con prioridades y mentalidades diferentes a las de las "viejas escuelas".

Es cierto que la población chilena es treméndamente poco participativa e ignorante en temas de política (sobretodo los sectores más jóvenes) pero aún con eso ha existido una renovación que ha permitido en esta elección darle un NO MORE a las cúpulas partidarias de siempre y al conservadurismo (¡ojo! De izquierda y derecha. Acá la crítica es transversal a todos los partidos tanto de la Concertación como de la derecha).

Los chilenos menores de 35 años tienen una mirada diferente a la de generaciones anteriores en torno a temas como la homosexualidad, sexualidad, métodos anticonceptivos, aborto terapéutico o la legalización de la marihuana, entre tantos temas. La alta adhesión popular que ha alcanzado la candidatura de Marco Enríquez-Ominami en la presente elección da muestra de que las nuevas generaciones (las que votan por supuesto, el resto no existe en lo práctico) no son tan conservadoras como algunos quisiesen hacernos creer.

Y así como los votantes se han ido renovando también lo han hecho poco a poco los parlamentarios. Existe una generación más joven de políticos que dentro de la misma Concertación poco a poco han ido exigiendo espacio al debate de ideas y de temas que van desde los mencionados en el párrafo anterior hasta nuevas direcciones en materias económicas y de derechos humanos básicos (educación, salud o vivienda). Las "viejas escuelas" del PS y la DC no supieron (o no quisieron) ver estas señales y pretendieron manejar el tema "a la antigua", o sea, entre 4 paredes. ¿Resultado? Más de 13 parlamentarios menos en el congreso y un desangre generalizado por el sector izquierdo de la Concertación. De ahí los llamados díscolos.

No deja de ser curioso que salvo Sebastián Piñera todos los demás candidatos que llegaron a sonar para esta presidencial viniesen del mundo de la Concertación. Todos del sector izquierdo. Y más curioso aún resulta el hecho de que frente a tremendo caos interno de la Concertación la candidatura de Sebastián Piñera no halla sido capaz de lograr una mayoría absoluta en las preferencias. Está claro que Piñera (por más que diga lo contrario) no representa cambio alguno en relación a las políticas económicas y sociales de la Concertación, al menos a ojos de los votantes.

Las cúpulas partidarias de la Concertación cometieron el error de mirarse sólo el ombligo a la hora de escoger su candidato. Creyeron que como en 1993 podían escoger a dedo a quien les diese la gana y "el pueblo" se lo tragaría. Esta vez le tocaba a la DC y dentro de ella el único que dijo "Yo quiero" fue Eduardo Frei Ruiz Tagle. Es probable que de haber sido José Miguel Inzulza el candidato de la Concertación no habría existido jamás un Marco Enriquez Ominami ni un Alejandro Navarro. Es probable, pero le tocaba a la DC en la repartija de poder.

El comando de Frei ha comprendido HOY el problema y han intentado disfrazar a su candidato de algo que no es, todo con tal de satisfacer a los votantes que podrían optar por la candidatura de Marco E-O en vez de la oficialista. Hoy vemos a Frei hablar de aborto terapéutico, de unión entre homosexuales, de temas de género, de reformas electorales, de píldora del día después, de recambio generacional, de la necesidad de no depender del mercado, de atacar el abuso de las financieras y bancos, de que el Estado tenga mayor presencia en la vida de los chilenos etc. El problema es que a ninguno de esos temas se refirió ni minimamente cuando tuvo la oportunidad de ser presidente (¡¡¡6 años!!!). De ahí que su credibilidad sea mínima frente a la opinión generalizada.

¡Opinen!
Saludos

Esteban

(*1) N° de inscritos en los registros electorales (aproximadamente):
1989 : 7.435.000
1993: 8.085.000
1999: 8.084.000
2005: 8.220.000
2008: 8.110.000




jueves, 22 de octubre de 2009

Encuestas y segunda vuelta

El Mercurio y Cerc

La derecha se equivoca al atacar la candidatura de Eduardo Frei. No se detiene a pensar quizás que la única opción que tienen de llegar a La Moneda es justamente enfrentando al democratacristiano en segunda vuelta.

Dos encuestas han aparecido esta semana y ambas muestran a Marco Enriquez-Ominami pisándole los talones a Eduardo Frei y apareciendo por primera vez en esta campaña con opciones reales de acceder a segunda vuelta. Si bien a simple vista este hecho me parece poco factible podríamos darle crédito considerando que existe la posibilidad que los diversos debates realizados durante el último mes hallan modificado un tanto la intención de voto de muchos chilenos. Si, puede ser.

Sin embargo, una vez más se nos aparece la pregunta : ¿Qué tan reales serán estos datos? Creo que en Chile se hace urgente cada vez más el dar un marco regulatorio legal al "mundo de las encuestas". Para nadie es secreto (o no debería serlo al menos) la tremenda influencia que pueden ejercer los medios de comunicación sobre la opinión de los ciudadanos y para nadie tampoco es secreto que El Mercurio es el diario de campaña de la derecha desde siempre, luego yo desconfío. Mientras no exista una exigencia teórica mínima el torno a una encuesta yo siempre desconfiaré de las manos que estén detrás de esta. El problema es que ese soy yo, la mayoría no tiene idea de nada y se traga lo que le dicen.

Ahora, hablando de política propiamente tal quisiese comentar el que me parece clarísima la estrategia que la derecha ha adoptado durante este período "post-debate televisivo". Una estrategia que busca a toda costa atacar a Eduardo Frei y esperar a que se produzca el milagro, es decir, que Marco E-O pase a segunda vuelta. La derecha insiste en recalcar "lo cuesta abajo" que viene la candidatura de Frei y mantiene las criticas en torno al apoyo que diversos ministros de Michelle Bachelet apoyen la candidatura del ex presidente. La derecha prefiere enfrentar a Marco que a Eduardo Frei en segunda vuelta y está moviendo toda su maquinaria (política, económica y mediática) en función de aquello. Sin embargo yo tengo serias dudas en torno a si este camino realmente los llevará al triunfo.

Realizando un análisis a simple vista y ocupando cierta lógica me parece que si alguna opción tiene Sebastián Piñera de ganar la elección es enfrentando a Eduardo Frei en segunda vuelta y no a Marco Enriquez-Ominami. ¿Porqué digo lo que digo? ¡Pensemos!

Escenario 1: Escenario Piñera 46% y enfrenta a Frei en segunda vuelta

¿Cuánto necesitaría Piñera para ganar? Aproximadamente un 4% (situación similar a la ocurrida en 2000 y en 2005, es constante que la derecha necesite un 4 a 5% en segunda vuelta para lograr ganar). De Jorge Arrate no va a recibir ningún voto claro está ¿De donde podría obtenerlo? Pues de la candidatura de Marco E-O. ¿Es factible este hecho? SI, PODRÍA SER.

Marco E-O ha sido la sorpresa de esta candidatura justamente por romper los moldes tradicionales de nuestras elecciones. Su público votante en general se mueve entre personas jovenes (20 a 45 años mayoritariamente), educadas , de mirada progresista, pero por sobretodo son personas alejadas de lógicas partidarias. Gente muy decepcionada de la Concertación que por algo no están con Frei pese a la posibilidad de que la elección la gane la derecha en primera vuelta. Puede darse que el rechazo hacia la figura de Eduardo Frei (y lo que el representa) sea tan grande que cierto porcentaje de la votación de Marco E-O se traspase a Sebastián Piñera en segunda vuelta. Existe esa posibilidad y con que un cuarto de los votantes de Marco E-O crucen su voto basta para que la derecha triunfe.

Escenario 2: Escenario Piñera 46% y enfrenta a Marco E-O en segunda vuelta

El comando de Sebastián Piñera siento que prefiere esta opción basado en dos puntos: la posibilidad de que el voto de "centro" de Eduardo Frei prefiera votar por la derecha que entregar su voto a un "izquierdista" como Marco E-O y el que la gente prefiera en segunda vuelta a Piñera antes que a Marco por la inexperiencia y juventud de este último.

Sin embargo donde creo se equivoca el comando Piñera (una vez más) es en no observar que quienes votan por Eduardo Frei en primera vuelta son personas ligadas a la Concertación. Personas que pese a todo los errores que como coalisión han cometido la siguen apoyando y que tienen un rechazo enorme por la derecha. En otras palabras: cualquier cosa para ellos es preferible a que gobierne la derecha. No nos olvidemos que el público votante de Eduardo Frei y de la Concertación en general es un votante conservador y temeroso. Marco E-O no es un izquierdista típico. No es un Jorge Arrate ni un Tomás Hirsch. No representa ideas cambios estructurales profundos en el modelo económico de mercado imperante en el país, sino más bien insiste en representar el "continuismo" de Bachelet y realizar algunas reformas al sistema político.

¿Qué creen ustedes que es más factible? ¿Que Marco E-O entregue su apoyo incondicional a Eduardo Frei en segunda vuelta contradiciendo todo su discurso o que sea el comando de Frei el que apoye a Marco E-O con tal de que no triunfe la derecha? Yo al menos no tengo dudas de que si Marco E-O pasa a segunda vuelta el apoyo de la gente de Frei a su campaña será unanime en segunda vuelta.

El tiempo dirá.

¡Opinen!
Saludos.

Esteban

domingo, 11 de octubre de 2009

Bacheletitis

Bacheletitis aguditis

Para el final del mandato de Ricardo Lagos vivimos un ensalzamiento generalizado por parte del mundo político hacia la figura del entonces Presidente de la República. Adular al capitan planeta "la llevaba". Sin embargo, dos años después a Lagos no lo querían ver ni en pintura. ¿Se repetirá esta historia con Bachelet?

La Concertación está en crisis política desde hace mucho. No por nada en 1999 Ricardo Lagos estuvo a punto de perder la presidencia frente a Joaquín Lavín y luego, 5 años después, con tal de seguir en el poder al mundo concertacionista no le quedó otra que proclamar a Michelle Bachelet como candidata. Una mujer que para ojos de muchos (me incluyo) no tenía el peso político necesario que ameritaba un cargo tan importante, sin embargo, era simpática, con carisma y ...mujer. Aquello, en un país en donde las ideas están en crisis y donde la mayoría de los votantes son precisamente mujeres (*) fue suficiente para triunfar frente a una derecha dividida y poco clara. Ella misma reconoció en diferentes ocasiones que ser candidata presidencial no estaba dentro de sus planes. El cargo le cayó del cielo.

Y se vino su gobierno. Recordemos antes eso si cuales fueron las promesas de Michelle durante su campaña: un gobierno cercano y participativo ("gobierno ciudadano" le llamaron por entonces), un recambio de las caras en el gobierno ("que nadie se repita el plato" - era su promesa) , inversión fuerte en el sistema pre-escolar y una reforma al sistema previsional.

Las primeras dos promesas no se cumplieron ni por si acaso. De participativo este gobierno no tuvo nada y en materia política se cometieron muchísimos errores durante los dos primeros años de mandato, tanto así que durante su tercer año para salvar la estantería Michelle tuvo que recurrir a la "vieja guardia" de la Concertación (adios Lagos Weber y experimentos, de vuelta al gabinete Francisco Vidal, José Viera Gallo o Edmundo Pérez Yoma).

Echando a perder se aprende

Michelle Bachelet aprendió a ejercer su cargo sobre la marcha, de eso no cabe duda. Fue así como recién después del tercer año de gestión vino a sacar la voz. Los primeros 2 años y medio de su gestión se caracterizaron por su completa marginación de cuanto problema se vivió en el país. Michelle cuando se metía cometía errores así que mejor dejó trabajar a sus hombres solitos. Tanto de la Revolución Pinguina como del Transantiago (los dos grandes problemas que debió enfrentar entre el 2005 y 2007) se encargaron sus ministros. ¿Y qué hicieron ellos? Pues gastar, gastar y gastar.

Para callar a los niñitos revoltosos en materia educacional el gobierno decidió regalar la PSU, que el pase escolar funcionara los 7 días de la semana y prometer la reforma de la famosa LOCE. Para calmar el caos del Transantiago el gobierno desembolsó millones de dolares tapando baches tras baches. ¿Alguna medida de fondo? ¡NADA! Hay gobiernos que enfrentan los problemas realizando una transformación profunda que permita hacer historia. En ese sentido este gobierno prefirió pasar. Tanto en materia de educación, transporte o sistema previsional Michelle Bachelet no tuvo los ovarios de ensuciarse las manos con un cambio de dirección importante. El sistema se perpetuó, la injusticia se mantiene.

Percepción pública

Pese a lo pasivo que considero fue este gobierno (teniendo la oportunidad y los fondos para hacer historia) y el mal manejo de Bachelet en materia política hoy se hablan maravillas del mandato. ¡Claro! La memoria es frágil y nadie parece recordar que en 2007 y 2008 el gobierno estuvo en las cuerdas (**). ¿Qué cambio a partir de entonces? A mi que no me vengan con cuentos. La reciente crisis económica internacional curiosamente le salvó el pellejo a Michelle Bachelet. La entrega de bonos y beneficios económicos por parte del gobierno a los quintiles de menores ingresos del país en plena crisis la dejó muy bien parada (***).

Nunca un gobierno chileno contó en la historia con tantos fondos para gastar. El alza del precio del cobre aumentó de manera considerable los ingresos del país lo que le permitió a Michelle desembolsar grandes sumas y acallar las críticas. Algunas de sus inversiones deben ser mencionadas eso si, no puedo ser tan injusto con su período. En la historia quedará la construcción de estadios de fútbol en diversas ciudades del país o el bono por hijo que recibirán todas las madres chilenas a la hora de jubilar. Sin embargo, la mayor parte de los fondos gastados por este gobierno no fueron inversiones que pensaran en el futuro del país.

Esto sin mencionar el descalabro político que se produjo durante su gobierno y que ella jamás supo contener. De lider NADA. Trece parlamentarios de la Concertación se retiraron de ella, la DC y el PS se desgranaron por la izquierda, díscolos por doquier, candidaturas de Enriquez Ominami y Arrate buscando alternativas por fuera de gobierno, etc.

El gobierno de Michelle Bachelet probablemente debo reconocer estuvo mejor de lo que muchos esperábamos (si!, pudo ser peor), sin embargo de ahí a la exitosa gestión que algunos quisiesen hacer ver existe mucha distancia. En unos años más, cuando al mundo político se le pase la borrachera de bacheletitis se comenzarán a decir las cosas por su nombre.

Saludos
¡Opinen!

Esteban

(*) www.servicioelectoral.cl . Actualizado hasta la municipal 2008 las mujeres inscritas en Chile son 4 millones 200 mil mientras que hombres son 3 millones 800 mil, es decir, hecho no menor considerando que la diferencia de votos entre Sebastián Piñera y Michelle Bachelet en 2005 fue de 500 mil votos. Las mujeres (inscritas, claro) deciden en Chile quien gana. Es un hecho.

(**) www.cepchile.cl . La misma encuesta CEP que en agosto de 2009 le entregó una aprobación ciudadana del 74% a la gestión del gobierno y de un 64% a la gestión económica del mismo, en diciembre de 2007 le entregaba un 39% y 31% respectivamente.

(***) La aprobación del gobierno en junio de 2008 era de un 40%, en diciembre de 2008 de un 43%, pero en Junio de 2009 se disparó a un 66%, seguida en agosto de un 72%. ¿Qué cambió tan bruscamente la percepción de los chilenos entre diciembre 2008 y junio 2009? Está claro: la crisis .

lunes, 5 de octubre de 2009

Marco II

Las incongruencias de Marquito

Con el correr de la campaña la candidatura de Marco Enriquez-Ominami ha ido tocando diferentes techos. Errores en el discurso público sumado a una importante falta de audacia en cuanto a sus propuestas hacen pensar que los mejores momentos para él ya pasaron.

Por Esteban Martínez Covarrubias

Marco Enriquez Ominami comenzó todo esto hablando con la verdad. Nunca nos mintió. Se definió siempre como liberal en lo económico, político y ético. Confesó desde siempre que creía en el mercado pero en uno regulado de manera seria. A la vez insistió en la necesidad de modificar el orden político actual de manera drástica y legislar en torno a temas "éticos" tales como aborto terapéutico o relaciones homosexuales. Todo bien hasta ahí, sin embargo con el correr de la campaña su discurso ha tendido a perder peso. ¿Sus errores? Basicamente dos, los cuales paso a comentar a continuación.

En primer lugar, no ha logrado expresar con claridad donde se encuentra posicionado políticamente hablando. Su discurso es vago. No se entiende que halla renunciado a un partido y abandonado de paso la candidatura de la Concertación pero al mismo tiempo no proponga un proyecto de gobierno que marque diferencias claras frente al de Eduardo Frei. Me refiero a materias esenciales como salud, educación y desconcentración de la riqueza. En materias de educación el reducir el número de alumnos o mejorar las remuneraciones de los profesores no representan cambios sustanciales frente al modelo educativo de mercado que hoy funciona en el país. En otras palabras, no propone nada que no quisiesen realizar otros candidatos.

Lo mismo en materia de salud o vivienda. Sus propuestas son meras ampliaciones de lo que hoy ya se efectúa. No se proponen cambios de directrices significativos, sino más bien una nueva y correcta administración del modelo. Marco Enriquez Ominami insiste en recalcar de donde pretende obtener el dinero que financiaría sus propuestas (alza de impuestos a sectores determinados) pero fuera de la retórica típica acerca de la "falta de oportunidades" y "querer una calidad de vida común para todos los chilenos" no expresa con claridad que diferencias existen entre el país que sueña y el que hoy vivimos.

Las reformas más importantes que propone Marco Enriquez Ominami son reformas al sistema político (sistema electoral, reelección parlamentaria, posibilidad de remover a funcionarios públicos, entre otras). Pero ...¿ ameritan estas reformas una candidatura presidencial? Yo a esta altura comienzo a dudarlo. No es nada que un buen diputado o senador no pueda llevar adelante.
Su segundo error tiene que ver con la torpeza política que muestra a la hora de declarar frente a la prensa y el cómo termina contradiciendo sus propias palabras. Unas semanas atrás la hija de Sebastián Piñera recordó viejas declaraciones de Marco (año 2003 para ser más exacto) en donde declaraba (textual) refiriendose a la actual presidenta que "la Michelle Bachelet no me produce ningunas ganas de salir a pelear. Yo quiero un rebelde". Hoy, 5 años después, al presentar su candidatura presidencial declara frente a todo Chile "acá está el continuismo de las políticas de Michelle Bachelet, acá se encuentra el progresismo".

Una de dos: O cambió su manera de pensar o está acomodando su discurso intentando subirse al carro de la popularidad de Michelle Bachelet. Si fuese lo primero me parece grave dado que así como hoy cambió de opinión siendo presidente podría renegar de lo que hoy dice. Si fuese lo segundo me parecería más grave aún, ya que sería un político mentiroso y oportunista más en nuestra historia.

Pocos días atrás fue consultado en Argentina en relación a su apoyo en segunda vuelta a la candidatura de Eduardo Frei, frente a lo que respondió que "por ningún motivo votará por Frei". ¿En qué estará pensando Marco cuando declara de manera irresponsable algo así?, ¿no entiende el juego en el que está metido?, ¿no sabe que existe una posibilidad importante de que no sea él quien pase a segunda vuelta? ,¿no entiende que para segunda vuelta su porcentaje decidirá la elección y hay que negociar los votos? (entendiendo por negociar el exigirle a otro sector político que lo apoyas siempre y cuando de prioridad en su agenda a temas que a ti te interesan plantear).

Es muy probable que Marco llegue tercero a esta carrera y a la vez es muy probable que termine apoyando la candidatura de Frei. Luego es muy probable que lo veamos una vez más contradiciendo sus torpes dichos.

Marco Enriquez Ominami debe aún justificar la existencia de su candidatura la cual siento que con el correr del tiempo se ha visto debilitada. Su virtud fue en un inicio lograr poner temas interesantes sobre la mesa, darle vitalidad y juventud a este elección, pero últimamente se ha visto entrampado en el difícil desafío de darle real consistencia a su proyecto de país. Marco necesita demostrar que su candidatura no representó el capricho de unos pocos por doblarle la mano a la mesa directiva del Partido Socialista. Marco necesita comprender que la política es un arte colectivo y que por sobretodo se trata de carreras de largo plazo. Su elección puede que no sea esta pero podría ser la siguiente o quien sabe cual, de su sabiduría dependerá.

¡Opinen!

Esteban