lunes, 23 de febrero de 2015

Descrédito total.


No hay peor síntoma que la pérdida del hambre, el abandono de una pasión. Sin hambre te acomodas y sin darte cuenta olvidas lo que algún día fuiste, o 'lo que quisiste ser'. Algo así es lo que ocurrió con la clase política chilena, la cual recuperó la democracia en 1990 tras 17 años de dictadura pero acabó acomodándose a una realidad limitada por los márgenes establecidos en dicho régimen. Fue así como los sueños de muchos fueron aplastados uno a uno por la realidad. Nos olvidamos del fortalecimiento de una educación y salud pública, dejamos todo en manos del mercado (absolutamente todo), y establecimos un sistema salvaje, una selva que encubrió el abuso y la barbarie bajo la palabra libertad.

Se acomodó la Concertación, se asentó la derecha mano a mano con los poderes económicos y sin darnos cuenta Chile se transformó en un fundo con patrones de distintos colores. De ahí que no extrañe en absoluto que hoy transversalmente la política nacional se encuentre manchada por escándalos relacionados con el financiamiento ilegal de campañas electorales, evasión de impuestos y licitaciones fraudulentas que incluso han llegado hasta la presidenta Michelle Bachelet, cuyo hijo, Sebastián Dávalos, se ha visto envuelto en un vergonzoso caso de uso de influencias con fines millonarios. Aquí no se salva nadie, por más que en la Nueva Mayoría intenten convencernos de que los malos están en la otra vereda la realidad demuestra que por una u otra, la suciedad es transversal, como viene siendo desde hace casi treinta años. 

Mentiras tras mentiras y a estas alturas el descrédito es total, frente a la opinión pública esto es prácticamente insalvable y plantea una cruda pero necesaria pregunta: ¿quienes irán a votar en 2018? A favor del mundo político corre el que la población chilena tiende a ser de memoria corta, es decir, estos escándalos podrían ir desapareciendo con el tiempo de la memoria colectiva, sin embargo el nexo entre la política y el dinero es estrecho, esto podría quedar acá o ser solamente la punta del iceberg. Tiempo al tiempo pero el escenario es complejo y tiende a ser dramático.