jueves, 11 de agosto de 2011

Segundo tiempo de Piñera

¡Otra oportunidad, otra oportunidad... !


Con un 26% de aprobación el gobierno de Sebastián Piñera asume que debe renunciar a sus convicciones con tal de mantener el rating alto. No entiende que la crisis que vivimos incluso se encuentra por sobre su persona. Es una crisis de Estado que requiere cirugía mayor.


Por Esteban Martínez Covarrubias


Siempre me ha llamado la atención la encuestitis aguditis que sufre la política chilena. Como cuando Ricardo Lagos presentaba índices de aprobación que rondaban el 70% ¿Lo recuerdan finalizando su período? ¡El tipo era un semidiós! ¡Intocable! Se retiró de La Moneda ovacionado y todo lo adoraba. Sin embargo, Lagos fue un irresponsable mayúsculo. No fue capaz (o derechamente no tuvo el cuero) de aprovechar ese momento de embobamiento nacional para poner sobre la mesa temas de vital importancia tales como educación, , democracia, participación ciudadana, , la discusión tributaria, matriz energética. Todos temas que hoy nos revientan en el rostro. Y eso sin mencionar siquiera lo que se venía con Transantiago: la incompetencia hecha carne. 

Con Bachelet la historia se repitió, pero esta vez fue peor aún. Como vivimos en un país aún tremendamente machista a la mami Michelle se le perdonó todo por ser dama. Entonces no solo se volvió a tropezar con la misma piedra y se le elevó a una categoría inmerecida solamente gracias a las encuestas sino que además se le dio un trato preferencial por el solo hecho de ser mujer. ¡Siendo que Michelle si que se mandó un numerito imperdonable! Ella vivió en mitad de su gobierno una "revolución pinguina", es decir, tuvo la chance perfecta de hacer historia y cambiar el rumbo en materia educativa. Estuvo en sus manos el evitar todo lo que hoy estamos viviendo. Pero tal como Lagos en su momento, no fue capaz (o no tuvo el coraje) de usar el momento a favor del país, de su gente y prefirió abanicarse con las encuestas. 

El político se debe a su público - dirán algunos, por lo que las encuestas mandan. Si estas andan bien, es señal de que el rating va subiendo y el sistema camina. ¿Y el contenido? ¿El fondo?...  ¡Que importa! Lo importante es que la rueda gire. Eso nos da el sueldo y nos da de comer. 

¡Bastante miope nuestra clase política entonces! Ya que cualquiera que conozca un poco la historia de Chile sabrá que cuando se tiene cierta oportunidad histórica esta se debe aprovechar para que no nos reviente en el futuro. La irresponsabilidad de los políticos de fines del siglo XIX generó un descontento social que comenzó a manifestarse poco a poco a comienzos del siglo XX , primero vía nacimiento de partidos políticos de izquierda, luego a través de protestas obreras masivas e históricas a lo largo del país. La injusticia y la miseria por aquellos años era evidente, pero las instituciones gubernamentales no lo comprendieron del todo hasta cuando la crisis estaba desatada frente a sus narices. Todos sabemos como culminó aquello: país completamente polarizado, lleno de odios de clase, un gobierno de Allende que ansiaba dar ese necesario paso histórico hacia la justicia social (en muchos casos con más ganas que talento, hay que decirlo), una derecha anti democrática que no estaba dispuesta a permitir el avance de la izquierda en el país y posterior golpe de Estado en 1973. 

Hoy, a casi 40 años de aquel desastre, nos encontramos con un gobierno que enfrenta baja aprobación ciudadana, protestas en las calles, descontento social y si bien la crisis no se ha desatado con el nivel de polarización que se encontraba en 1970, si me parece nuestro presente muestra similitudes el gobierno que llevase adelante Jorge Alessandri en 1960 ( historia cíclica ... ¡cuidado!). "Gobierno gerencial", "Ministerio técnico" que a mitad de período da paso a uno político dadas las necesidades del momento y fin del mandato en medio de una descarga social generalizada. En ese entonces el descontento dio paso a un gobierno de Eduardo Frei Montalva, hoy no sabremos a donde irá a disparar esto. 

Por estos días Sebastián Piñera me da un poco de pena. Víctima de los síntomas de la encuestitis aguditis asume que si estas andan mal, es señal de que debe renunciar a sus convicciones. Le han recomendado que se calle un poco (luego de tanta "piñericosa" el consejo suena cuerdo) y políticamente más que una nueva, exhibe una muy añeja forma de gobernar, situando en sus ministerios a personajes de una vieja escuela y más relacionados con la dictadura de Pinochet que con el futuro (Matthei, Chadwick, Lavín, Longueira, Allamand...¡Team 1990 a la carga!). Piñera habla en su eterna jerga pelotera y se refiere al segundo tiempo de su gobierno casi como pidiendo otra oportunidad. Y bueno, la tendrá. El hombre espera el milagro, el cual con Bachelet se dio. Ella partió muy mal pero a mitad de período arregló su naipe también sacando de la manga a la vieja escuela (Belisario, Pérez Yoma), se escondió siempre tras los dichos Francisco Vidal, dejó que Andrés Velasco tomase las decisiones relevantes en materia económica y los asuntos mejoraron. 

Ahora, independiente de si esta vez ocurre el milagro o no. Independiente si este cadáver vuelve a caminar, me parece relevante insistir en el que el problema que vivimos en Chile no tiene que ver con personajes en particular. Es una crisis de instituciones, de representatividad y participación, de sistema democrático, modelo económico y social. Es una crisis que se viene gestando desde mediados de los 80's y que nadie ha tenido los pantalones de asumir. El temor que tengo es que la historia se repita y sea nuevamente un gobierno de izquierda quien decida modificar esto de una vez por todas, el drama ahí es que la derecha que veo en Chile me sigue pareciendo tan anti democrática como la de 1970 , ellos no se han renovado ni han aprendido de sus errores, por lo que la historia puede volver a repetirse. Esperemos que no.