viernes, 30 de septiembre de 2011

¿Convergencia opositora?

Y ahora ... ¿quien podrá defenderlos? 

Ver a la Concertación fuera del gobierno era uno de esos espectáculos que muchos esperábamos presenciar. La coalición venía desgastada desde hace mucho y no había que ser un genio para anticipar el que todas las carencias internas se harían visibles sin el escudo protector que otorgaba el poder.

Por Esteban Martínez Covarrubias

En todos los partidos existen corrientes internas. Dentro de la Concertación siempre triunfó aquella más acomodada al contexto, la más conservadora por sobre aquella más reacia a aceptar el modelo de Pinochet. Mi interpretación histórica de aquel hecho guarda relación con el fracaso de la Unidad Popular en los 70's. ¡Claro! Se quedó sin argumento la izquierda chilena y no les quedó otra que "agachar el moño" y aceptar con una sonrisa mentirosa lo que viniese, incluso lo inimaginable : Patricio Aylwin, cómplice directo del golpe de estado de 1973, asumiendo como Presidente de la República el primer período post dictadura. 

"Ya llegará el momento de los cambios profundos" - habrá pensado para si mismo parte de esa izquierda. Pero el tiempo pasó y la historia no solo no fue escrita por ellos, sino que el acomodamiento al modelo fue masivo dentro del mundo político. Comenzó de pronto a dar lo mismo el que la constitución que nos regía no fuese democrática, el binominal ni hablar. El "Crecer con igualdad" se transformó en un eslogan publicitario vacío y carente de toda consistencia, la "protección social" pasó a ser un concepto manoseable que les permitía sentirse mejor con su corazoncillo rojo al final de cada jornada.  

Como decía en un comienzo, en la Concertación siempre predominaron los sectores conservadores, quienes encontraron en los momentos complicados siempre una fiel aliada: la encuesta de aprobación. Lagos se despidió un 70% de rating, Bachelet un 80%. ¿Qué había que temer entonces? ¡La gente estaba contenta!  Lo que ellos no vieron (o no quisieron ver) era que esta supuesta aprobación no era ideológica, sino más bien correspondía casi a una medición de simpatía. Lagos y Bachelet le eran agradables a la gente como también le eran Stefan Kramer o el Kike Morandé. Son asuntos mediáticos que se sostienen en base al personaje, al caudillo, no son aprobaciones de carácter ideológico ni nada parecido.

Pero se vino el desplome. Porque todo, absolutamente todo tiene que caer en algún momento. Cayó Pinochet (se demoraron bastante en sacarlo eso si) y cayó la Concertación (nos demoramos demasiado en sacarlos también). Y junto con el desplome ha quedado en completa evidencia la carencia de ideas y el inexistente proyecto de país que poseían más allá del mantenerse en el poder y "echarle pa'delante" al modelo. Aquella falta de argumentos se pudo apreciar incluso durante la campaña presidencial de 2010, en donde la única consigna que mantenía unido al mundo Concertacionista era el "no a Piñera", el (nuevamente vacío) "no virar a la derecha"

Y precisamente esas encuestas que durante tanto tiempo fueron amigas y sirvieron de escudo frente a la hipocresía hoy están dando una gran bofetada donde precisamente más le duele al mundo político: en la llegada con la gente. O sea, al gobierno le ha ido mal con la aprobación pero lo de la Concertación ya es patético. Si al gobierno lo quieren pocos, a la Concertación si que no la quiere prácticamente nadie. 

Las malditas contradicciones 

Y es que este conflicto estudiantil los ha desnudado por completo. Las contradicciones no pueden ser más obvias. En 2005, por ejemplo, Sergio Bitar aprobó como ministro el crédito con aval del estado que aplicaba a los estudiantes intereses altísimos, hoy lo vemos justificando su decisión. ¿Su argumento? "En ese entonces no se podía hacer más, pero hoy (que no estamos en el gobierno) ...si se puede hacer" (*1). En 2006 Ricardo Lagos Weber afirmaba que "no hay razones para esta nueva movilización" (*2) (refiriéndose al movimiento estudiantil que tuvo que enfrentar Michelle Bachelet en su momento). Hoy, 5 años después lo vemos apoyando con pasión a los estudiantes (sobran comentarios). No olvidemos de hecho que Michelle Bachelet pudo utilizar su alta aprobación en favor de los chilenos y ahorrarnos esta crisis modificando el sistema educativo chileno, sin embargo prefirió profundizar el modelo y parcharlo para que siguiese viviendo. También hemos visto a Francisco Vidal en distintos lugares mencionar el como "el modelo político, económico- social en Chile se agotó" (*3)  ¡Ojo! Se agotó hoy. Con Sebastián Piñera en el gobierno, no cuando ellos gobernaban, sino que precisamente hoy. ¿Qué hipócritas , no?

Lagos (padre e hijo), Tohá, Bitar, Vidal ... y así, la lista de arrepentidos que en realidad no se han arrepentido de nada suma y sigue. Hoy los vemos fuera del gobierno, aparentemente más críticos del modelo. Hablando de renovar la coalición. ¡Pero no nos engañemos! Siguen siendo exactamente los mismos, quienes solamente cuentan los días para retomar el poder en 2014 de la mano del regreso triunfante de la muda de Bachelet . Pero ellos siguen siendo los mismos. Lo que ha cambiado es el contexto, al cual ellos intentan acomodarse una vez más para sobrevivir, tal como lo hicieron en 1990. La diferencia la marcamos  nosotros, que también somos parte de aquel contexto. Nos mintieron 20 años atrás e intentarán repetir el numerito, pero yo no me la vuelvo a tragar ... ¿y tú? 


(*1) Sergio Bitar justificándose :  http://www.youtube.com/watch?v=q-3MaNKVAV4

(*2) Ricardo Lagos Weber criticando y quitándole el piso a movilizaciones estudiantiles: http://www.emol.com/noticias/nacional/detalle/detallenoticias.asp?idnoticia=233200

(*3) Francisco Vidal y su singular visión del modelo político actual: