martes, 16 de noviembre de 2010

Voto voluntario II

Chile: La democracia de unos pocos (2da parte)

En Chile cada día son menos los pobres que votan. El país que habitamos se construye por las clases altas del país. Esta realidad es necesario modificarla, sin embargo la solución no pasa por el voto voluntario. Si vamos a discutir acerca de calidad democrática... hagámoslo en serio.

Por Esteban Martínez Covarrubias

En mi comentario anterior argumenté el que existe una directa relación entre la calidad educativa de nuestros ciudadanos y el interés juvenil por la política. Independiente de que la calidad democrática chilena sea penosa los jóvenes en Chile no votan porque son ignorantes de su realidad. Y esto se debe principalmente al bajo nivel educativo que poseemos como país. Y si no me cree (o no quiere creerme) lo invito a que revise la siguiente tabla, esta muestra que porcentaje de los inscritos en cada comuna corresponden a menores de 30 años (*1):




Para dejarlo bien en claro. Lo que afirma la estadística es que en La Granja, del total de inscritos en los registros un 5% tienen menos de 30 años mientras que en Lo Barnechea, entre todos los que votan, un 25% se encuentra en este rango. En pocas palabras: En La Granja el padrón electoral envejece y disminuye en cada elección mientras que en Lo Barnechea se mantiene intacto ya que se renueva.


Esta situación presenta un problema evidente. Siguiendo el ejemplo presentado y manteniendo las actuales estructuras sociales, dentro de 30 años en la Granja votará muy poca gente mientras que en Lo Barnechea un porcentaje alto de la comuna votará, es decir, en medida que pasan los años, poco a poco las decisiones del país se tienden a tomar en las comunas de mayores ingresos del país. Las clases medias y bajas chilenas son completamente funcionales a un modelo económico escogido por los sectores "acomodados" del país.

Luego, teniendo completamente claro el fenómeno que elección tras elección ha ido erosionando nuestra calidad democrática nos debemos realizar la siguiente pregunta: ¿Representan la inscripción automática y el voto voluntario la solución al problema? De acuerdo a mi opinión la respuesta es claramente negativa.

La idea de que estas medidas mejorarán de por si la calidad democrática de nuestro país es absurda. Existen varias teorías en torno a quienes no se inscriben en los registros electorales, las principales afirman que : deciden mantenerse al margen por alguna razón ideológica (no ser parte del sistema podría ser) o que simplemente "les da lata" realizar el trámite físico de ir a inscribirse. Pues bien, el voto voluntario no atiende a ninguna de las dos "necesidades" mencionadas.

Quienes sostienen una razón ideológica para no votar (los menos, claro está) son indiferentes frente a si el voto es voluntario u obligatorio. No votarán mientras el sistema no cambie pero este sistema se modifica mediante el voto. Luego ellos viven en un espiral sin salida. Ahora, quienes no se inscriben "por flojos" tampoco se motivarán a votar pese a encontrarse inscritos automáticamente, ya que si ir a inscribirse implicaba cansancio para ellos , el efectivamente votar si que representará un esfuerzo físico importante (levantarse, ir a un colegio, hacer una fila, sacar un lapiz, marcar una linea, borrar con una goma si se cometió un error, ingresar el voto en una caja, volver a la casa, etc).

Ahora, en lo práctico la discusión entre una inscripción automática o voluntaria me parece irrelevante. Lo que si no puede seguir existiendo en Chile es una inscripción voluntaria y un voto obligatorio (como funciona actualmente el asunto). Es irracional que alguien sea multado por no votar siendo que la prácticamente 4 millones de chilenos tampoco lo hacen pero se salvan de la multa por el hecho de no estar inscritos. El sistema chileno invita a inscribirse a los jóvenes pero luego los multa (y no con poco dinero) si es que no le interesa participar en las elecciones. Eso no puede continuar.

Luego las dos fórmulas que se discuten en el congreso parecen sensatas: inscripción automática al cumplir 18 años + voto voluntario (opción apoyada por el PPD, PS y la derecha) o inscripción automática a los 18 años + voto obligatorio con la posibilidad de voluntariamente eliminarse de los registros electorales (opción de la Democracia Cristiana). Ambas fórmulas creo son aceptables y sea cual sea la que se imponga finalmente vendrá a mejorar el actual sistema electoral chileno.

Pero creo necesario sincerar de una vez por todas el discurso. Si vamos a discutir sobre la calidad de nuestra democracia hagámoslo en serio y pongamos los temas de verdad sobre la mesa: financiamiento de las campañas electorales, término del binominalismo y la exclusión completa de las minorías, discusión de las iniciativas populares, finalizar con las trabas para que dirigentes sindicales puedan optar a cargos públicos, etc.

Es necesario que el sistema en algún momento se equilibre un tanto hacia quienes no tienen la posibilidad de expresarse hoy en día. Por un Chile más justo y digno.

Saludos. Opinen.

1 comentario:

  1. Soy un convencido que se debe instaurar una cultura civica en la sociedad, especialmente en las capaz populares con el fin de solidificar el sistema democratico y por lo tanto las oportunidades estructurales que este brinda.

    Por ello, y muy a grandes rasgos, el voto debe ser obligatorio, desde donde se le vea, por lo tanto estoy de acuerdo - solo en propuesta - con la DC. (el PS, PPD tienden muchas veces a volverse centripetos y olvidar su ideología)

    Creo, en parte, que mucho del problema se debe a la equivoca concepcion de que al exigir voto obligatorio se coarta un derecho civil, el de la libertad de accion u opcion. Pero lo que se obvia es que ese derecho politico de participar en la toma de desiciones y en el destino de la democracia es a la vez un deber civico, pues no se concibe la democracia sin participacion de todos sus integrantes. Pero ahi ya volvemos al vicio de la mayoria de la poblacion; la mala costumbre de haberse asumido bajo un paternalismo constante tanto del Eº como del mismo sistema.

    Un afectuoso saludo.

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