sábado, 30 de marzo de 2013

El desafío de Marco

Marco Enríquez-Ominami reloaded

El gran desafío de Marco Enríquez-Ominami para esta elección es el de presentar una propuesta de gobierno potente, coherente y que logre generar apoyo significativo real, es decir, dejar de representar el voto protesta, el voto rechazo y pasar a encabezar una alternativa efectiva de cambio.

Por Esteban Martínez Covarrubias (@emartinec)

Las elecciones presidenciales de 2009 resultaron novedosas en múltiples aspectos, comenzando por lo obvio, cayó (al fin!) la Concertación. Pero también vivimos otro asunto interesante: por primera vez desde el regreso a la democracia en 1990 un candidato no perteneciente al eje derecha/concertación resultaba efectivamente competitivo. Antes muchos lo habían intentado, tuvimos a Max Neef en 1994, a una Gladys Marín en 2000, a Tomás Hirsch en 2005 pero fue Marco Enríquez Ominami el primero en lograr remecer el, hasta ese entonces, estático padrón electoral chileno.

Sin embargo, la duda es legítima: ¿fue efectivamente Marco Enriquez o simplemente el desgaste de la Concertación lo que provocó el remezón? Siendo más preciso aún : si el candidato de la Concertación no hubiese sido Eduardo Frei, si Marco Enríquez no se hubiese enfrentado a una coalición de gobierno tan deteriorada ¿habría logrado la cifra del 20% de adhesión ? 

El gran desafío de Marco Enriquez Ominami para esta elección es el de presentar una propuesta de gobierno potente, coherente y que logre generar apoyo significativo real, es decir, dejar de representar el voto protesta, el voto rechazo y pasar a encabezar una alternativa efectiva de cambio. Y en aquella dirección lo hemos visto durante las últimas semanas, apareciendo en diversos medios e intentando dar a conocer su propuesta (*), lo cual desde ya me parece positivo, considerando que ni la concertación ni la derecha tienen plan de gobierno y que ambas coaliciones se encuentran más preocupadas de encontrar el rostro que les permitiría recuperar/mantener el poder y no discutir acerca de lo que harían con ese poder.


No puedo entonces referirme en este blog a lo que la concertación quiere para Chile, ya que salvo ideas vagas no hemos oído durante todos estos años ninguna propuesta clara aún por parte de ellos. Lo mismo corre ente,para la derecha, aunque lo lógico sería asumir que los tipos intentarán darle continuidad a una política económica subsidiaria y centrada en el crecimiento económico, aspectos que han caracterizado al gobierno de Sebastián Piñera. Sin embargo, Enríquez - Ominami ha apuntado sus dardos de manera muy clara, afirmando en reiteradas ocasiones el que ha sido el sistema político el que ha fallado en Chile y que el hermetismo de este ha impedido (y seguirá impidiendo) la realización de cambios profundos en el país.

Efectivamente cambiar la constitución en Chile es complicado. De hecho, cualquier modificación relacionada con las atribuciones del Estado, reguladas constitucionalmente, requieren como mínimo la aprobación de los 4/7 de los senadores y diputados en ejercicio, es decir, casi un 60% de ambas cámaras, lo cual bajo un sistema electoral binominal es prácticamente imposible de alcanzar por algún sector político. Marco Enríquez - Ominami propone entonces saltarse al poder legislativo, promoviendo un plebiscito que permita poner sobre la mesa el tema de la constitución y generar cambios desde allí. Es una apuesta arriesgada pero muy práctica considerando el limitado margen de acción que posee el candidato dado el hermético sistema electoral chileno. No nos olvidemos de que el sistema binominal impide la entrada al congreso de las minorías, un ejemplo claro de lo que menciono fue el caso del distrito 20  (Estación central / Maipú/ Cerrillos) para las parlamentarias de 2009  (**), ocasión en que Alvaro Escobar (Independiente por la lista de Marco Enriquez- Ominami) obteniendo el segundo lugar en las votaciones (21,85%) no resultó electo, en desmedro de Pepe Auth (PPD), quien llegó tercero (20,70%) pero si llegó al congreso. Así es el sistema, así funciona la democracia en Chile. 

Es clara, directa, valiente y válida entonces la propuesta de Enríquez, quien ha apuntado sus dardos hacia la constitución, entendiendo que el cambio que necesita Chile no es  en un inicio económico sino que político y que mientras la constitución funcione como lo ha hecho desde 1980, ningún cambio responderá a las necesidades reales del país. 

(*) http://www.chilevision.cl/home/content/view/452716/229/

(**) Ver resultados Distrito 20  http://www.sitiohistorico.elecciones.gob.cl/SitioHistorico/index2009_dipu.htm

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