Es cierto, este año he estado particularmente atareado por lo que he podido atender muy poco este, mi blog de política e ideas varias. Sin embargo, seamos sinceros: ¡que poco motivante ha sido esta elección presidencial!
Partiendo por los candidatos: asoma el regreso de Sebastián Piñera, dos periodistas como Alejandro Guillier y Beatriz Sánchez representando a la centro izquierda, y bueno, el relleno de siempre, ahí aparecen aquellos candidatos que seguramente muy pocos chilenos están enterados siquiera de que serán candidatos, hablo del anti comunista Eduardo Artés, un conservador como José Antonio Kast, los obstinados Marco Enriquez-Ominami y Carolina Goic, además del pastel de esta torta... Alejandro Navarro, que en lo personal no entiendo que mono pinta en todo esto.
Frente a la absoluta división de la izquierda, que asoma con cinco candidatos (y eso que Ricardo Lagos y José Miguel Insulza aparecen como los grandes ausentes a esta cita), el triunfo de Sebastián Piñera quedará evidentemente supeditado a la cantidad de electores que se animen a votar en primera vuelta...
Triste escenario. A dos meses de las presidenciales, si... faltan solo dos meses, campaña prácticamente no hemos visto. Tenemos a un ex presidente que si en 2014 alguien me decía que iría por la revancha la verdad es que yo no me lo habría creído, pero acá estamos, a un Guillier, que se ve muy solo, con más ganas que fútbol - como alguien diría en jerga pelotera, y a una Beatriz Sánchez que apuesta a ser la sorpresa de esta elección.
Probablemente se veía venir. Cuando en 2005 una desconocida Michelle Bachelet se volvió Presidente de la República en base únicamente a su carisma tuvimos la primera señal de agotamiento por parte de una política donde comenzaban a escasear las ideas. Fue como cuando la televisión abandonó por completo la defensa de los contenidos y se rindió frente al fenómeno de programas como "Viva el lunes!", "Mekano" o "Morandé con Compañía". La imagen es todo, afirmaba un slogan publicitario por aquellos años, frase que se volvió carne durante esta última década.
Hoy los partidos se han rendido. Cuando Bachelet intentó corregir el rumbo, instalándose en su último período como una líder con propuestas de fondo, acabó cayendo en su propia trampa, destruyendo su único bastión (la imagen) entre errores no forzados (caso CAVAL) y quedándose sola. Cuando su sector tuvo que apoyar a alguien optó por quien algo marcaba en las encuestas : Alejandro Guillier, la única esperanza de continuar en el poder. En la derecha el asunto no anda muy distinto, Piñera es "lo que hay", y pese al enorme rechazo que produce en parte importante de la ciudadanía, tienen que seguir ahí repitiendo el cansino discurso del "millón de empleos" creados entre 2010 y 2014...
Y así estamos, a dos meses de que se produzcan las elecciones menos motivantes de la política chilena en... ¿60 años? Y creo que me quedo corto.
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