viernes, 5 de marzo de 2010

Terremoto II

Mirando a futuro (Parte 1)

Cada dificultad que vivimos en esta vida cierra una puerta pero abre otra. Con una sociedad ocurre algo similar. El reciente terremoto vivido en el país presenta oportunidades únicas de desarrollo para el país.

Por Esteban Martínez Covarrubias

Más vale tarde que nunca. La mirada hoy para el país debe ser a futuro. Esta historia nos la conocemos de memoria: tras el desastre vienen las colectas, las teletones, los "¡Vamos chilenos!", la emoción de los personajes de la farándula nacional, los reportes en directo de los noticiarios, las toneladas de mercadería y el testimonio de las víctimas. Luego, en unos dos meses más con suerte veremos en TVN un reportaje titulado "Chine: después de la catástrofe" y en tres meses ya todos estarán hablando del mundial de Sudáfrica. La vida continúa para todos así como el desastre para algunos. Es entonces cuando una nación debe mostrar coraje, visión de Estado y ocupar la fuerza conjunta para dar un paso hacia adelante, un paso real hacia el progreso y el tan ansiado desarrollo.

Sin ser un experto en la materia considero necesario revisar tres asuntos que a simple vista representarán un problema para el futuro gobierno de Sebastián Piñera pero que a la vez pueden transformarse en una oportunidad para hacer historia. El primero de estos asuntos guarda relación con la necesaria descentralización del país.

Santiago no es Chile

Resulta increible el hecho de que una ciudad que representa menos del 5% de la superficie nacional concentre practicamente el 40% de la población del país. Santiago se encuentra sobre poblado desde hace mucho y frente a este hecho la respuesta del Estado chileno ha tenido basicamente dos etapas durante las recientes décadas. En primer lugar, en los 80's y 90's tanto la dictadura de Pinochet como los gobiernos de Aylwin y Frei desarrollaron una política de poblamiento de zonas periféricas. Fue así como se poblaron masivamente comunas tales como Puente Alto, La Florida, El Bosque, La Pintana, Maipú o Cerro Navia.
¿El problema? La calidad y superficie de las viviendas. Poblaciones con demasiadas casas, todas a la vez muy pequeñas y sin áreas verdes fueron los factores comunes a dichas construcciones. Los resultados de aquella pésima gestión de Estado los estamos viendo desde hace mucho ya: concentración de la pobreza, delincuencia y una segmentación social dramática de nuestra sociedad.

Fue entonces que durante esta última década se impulsó un fuerte desarrollo inmobiliario relacionado con la venta de departamentos. La construcción ya no sería hacia los costados del Gran Santiago sino que hacía arriba. Todo marchaba sobre ruedas hasta que llegó el reciente terremoto. Frente a las dudas y el terror de muchos es probable que la venta de departamentos se vuelva algo más lenta y el santiaguino retome durante los tiempos venideros casas para habitar. ¡El problema es que ya no hay! Se presenta entonces la oportunidad ideal para descentralizar de una buena vez este país promoviendo políticas que incentiven la creación de industrias en regiones, la respectiva contratación y el poblamiento de estas.
Fórmulas hay muchas, desde una baja de impuestos a quienes inviertan en regiones hasta subsidios de distintos tipos hacia los ciudadanos. Esa es materia de expertos, lo importante acá debe ser la convicción de quitarle peso a la capital. Santiago está congestionado a más no poder. El destino quizo que el terremoto sorprendiera a la población principalmente en sus casas durmiento, sin embargo de haberse producido este a plena luz del día durante un día laboral cualquiera, la cantidad de personas que habrían sufrido a causa del atochamiento de las masas habría sido muchísima más. De muertos mejor ni hablar. ¿Se imaginan el metro, los cines, centros comerciales, el Transantiago y las calles en pleno terremoto? Insisto, mejor ni hablar de aquello. Sólo imaginarlo espanta. No esperemos entonces a tener que sufrir una desgracia de ese estilo para pensar en generar medidas que descongestionen Santiago.

CONTINUARÁ...

¡Opinen!
Saludos.

2 comentarios:

  1. EL TERREMOT FUE PARA TODOS. NO ES EL MOMENTO DE CRITICAR. LAS REGIONES NECESITAN AYUDA, NO CRITICAS. FALTO SENTIDO COMUN. PUDO SER MUCHO PEOR.
    PUBLICOS Y PRIVADOS HICIERON A LO MEJOR MAL SU PEGA ESO SE ESTA POR EVALUAR. EN SANTIAGO SE CAYERON DEPARTAMNETOS Y CASAS, UNOS MUY LUJOSOS Y OTROS MUY HUMILDES. MALA LECHE, MALA INTENCION LA NOTA
    LAS EMPRESAS DE COMUNICACIONES SON PRIVADAS Y MENOS FUNCIONARON, EL AGUA, LA LUZ LA MENEJAN PRIVADOS Y TODAVIA TENEMSO LUGARES SIN ESOS BASICOS ELEMENTOS. NO DEBE SER USTED CHILENO Y MENOS CRISTIANO. GRACIAS A DIOS USTED Y YO ESTAMOS BIEN EN CASA Y VIVOS.

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  2. Estimada golondrina (¡que pena que no dieras tu nombre real!): mi texto se titula "mirando a futuro"...o sea intenta ser propositivo y no centrarse tanto en las críticas porque si. De hecho después de escribirlo me pareció de lo más optimista que he escrito en la historia de este blog jajaja.

    Ahora a partir de tu segunda linea ya me perdí y no entendí a donde ibas. ¿Qué pudo ser peor? Si, claro. ¿So what? Los daños de todas formas fueron gigantescos. ¿O te pareció poco?

    Percibí un olorcillo a conformismo en tus palabras..."es lo que hay" ¿no? Esa clásica parada "anti críticas" que al final nos hace más mal que bien considero yo. No le temas a las críticas Golondrina. Algún día alguien criticó y gracias a eso tu (mujer) tienes derecho a voz y voto en este país. Otro día alguien criticó y gracias a eso se abolió la esclavitud en el mundo. No vivas con miedo Golondrina, el mundo DEBE mejorar y bien por los que observan más que el resto y no se conforman "con lo que hay".

    En fin, saludos y gracias por opinar! Todo se agradece :)

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