lunes, 14 de septiembre de 2009

Edgardo Boeninger

El adios de un histórico

Todos los muertos son buenos ¿no? Eso decía mi tia al menos. El caso de Boeninger no escapa a aquello.

Por Esteban Martínez Covarrubias

Edgardo Boeninger fue un pensador, un ideólogo, un director de orquesta. Uno de esos hombres que se mantienen siempre detrás del escenario pero sin los cuales la obra sería incapaz de funcionar. Probablemente el caso emblemático que posee la historia de Chile en relación a este tipo de hombres es el de Diego Portales, quien sin ensuciarse las manos (astutamente jamás se interesó ser Presidente de la República) logró que el orden oligárquico predominará en Chile por practicamente 100 años.

Sin embargo en la mirada histórica se pueden establecer criticas legítimas frente al aporte de Diego Portales en la historia del país. El Chile del siglo XIX se caracterizó por el dominio absoluto de una reducida clase aristocrática por sobre los derechos del resto de la población. Diego Portales reconoció publicamente la incapacidad republicana que poseía Chile en ese entonces, luego dirigió un régimen autoritario e intervencionista que se alimentaba de si mismo bajo el amparo constitucional.

Dicho en palabras simples: el pueblo chileno no poseía una cultura democrática luego el poder podía sólo recaer en una reducida casta aristocrática la cual a la vez no tenía ningún interés en educar al pueblo por lo tanto este seguía ignorante y pisoteado. Así décadas y décadas. Todo bajo el amparo legal y contitucional.

Lo de Edgardo Boeninger es (guardando las proporciones) un caso similar. Boeninger es sindicado como el "arquitecto de la transición democrática en Chile". Título que me parece justo. Fue Boeninger junto a unos pocos más quien armó la transición chilena, la cual se asentó sobre el pilar de la "gobernabilidad", concepto que se sostiene bajo tres pilares escenciales: la paz social, el orden político y el crecimiento económico.

¿Cuál de los tres pilares va primero? Da lo mismo. Pues tal como en el círculo vicioso Portaliano acá todo funcionó aparentemente de maravillas (al menos durante 10 años). En primer lugar Boeninger y toda la Concertación decidieron construir el nuevo Chile "democrático" bajo el marco entregado en la Constitución de 1980. Un documento absolutamente poco participativo en materia ciudadana, que establecia el concepto de una "democracia controlada" y que entregaba al Estado un rol subsidiario en materia económica. Todos aspectos que se mantienen intactos en la Constitución hasta el día de hoy.

En pro del crecimiento económico Boeninger y la Concertación decidieron poner pie en el acelerador al grueso de las medidas impulsadas por la dictadura de Pinochet: privatización de la educación, de la salud, del sistema de pensiones y de los servicios básicos. De esta manera poco a poco Chile se transformó en un país cuyos derechos humanos básicos de calidad se entregaban a quien podía pagarlos y quien no pudiese contaría con el rol subsidiario del Estado.

El país que Edgardo Boeninger ayudó a construir en 1990 se benefició de todos las bendiciones que entrega el neoliberalismo: mejora en los índices de cobertura en todas las áreas, desarrollo de "oportunidades" de progreso para cualquier ciudadano y la capacidad de mejorar su calidad de vida endeudándose con una mulplicidad de casas comerciales. Pero al mismo tiempo el mismo Chile incubó el germen de la desigualdad en la calidad de derechos humanos básicos (educación o salud), bajísimos índices de organización entre los trabajadores y una penosa participación ciudadana en las desiciones que se toman en el país.

Chile hoy es un país maravilloso... para algunos. Para unos pocos. Para los de siempre.

Quisiese ser claro. Los aportes de Edgardo Boeninger al proceso de "transición democrática" fueron importantes pero el hombre no lo hizo todo bien. Fue irresponsable como toda la "vieja escuela" de la Concertación, la cual terminó beneficiandose de un sistema creado en dictadura. Para muestra un ejemplo: recordar que el mismísimo Edgardo Boeninger fue durante casi 10 años Senador DESIGNADO. Es decir, se alimentó como tantos otros de un modelo político absolutamente anti ético y anti democrático.

Boeninger es tan culpable como otros de las injusticias que sufren los chilenos día a día por culpa de un modelo inhumano llevado adelante por más de 15 años de manera brutal. Boeninger ayudó a construir un Chile cada día más segmentado. Un Chile que marca el destino de sus ciudadanos de acuerdo a la comuna en donde nacieron.

Finalmente cabe destacar también el hecho de que Boeninger dejó hace mucho de ser el "ideólogo de la Concertación". ¿Un ejemplo de lo que digo? En 2005 Michelle Bachelet le pidió que fuese lider de una comisión cuyo objetivo era reformar el sistema electoral binominal en Chile. La llamada "Comisión Boeninger" presentó en 2006 un informe el cual fue unanimemente rechazado por la misma gente de la Concertación por considerar que en palabras sencillas: "la propuesta era demasiado soñadora".

El nombre de Edgardo Boeninger estará eternamente grabado en la historia política de Chile. Y me parece lógico que todo el mundo de la Concertación idolatre hoy su nombre, pues claro, son ellos quienes han vivido por ya casi 20 años de un sistema político ideado en dictadura y apoyado por Edgardo Boeninger entre otros, pero las cosas por su nombre ¿no?

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Esteban



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