lunes, 17 de noviembre de 2025

2025: Una Nueva Derrota.

 

Tras la derrota en el plebiscito constitucional de 2022 no quise más con la política por un buen rato. Dejé de escribir acá por lo mismo. El escenario posterior además me pareció predecible: considerando la minoría de la izquierda en ambas cámaras, sumado al rechazo apabullante de la propuesta de constitución, que decir, se veían venir cuatro años complejos para el gobierno de Gabriel Boric. Y bueno, efectivamente así fue. El clima siempre se mostró adverso, la derecha se mantuvo firme durante todo el período realizando una campaña del terror en los medios, instalando una constante sensación de inseguridad e inestabilidad económica dentro de la población.  

Se llegaba por tanto a esta nueva elección presidencial con un evidente ambiente adverso y la sensación de que la derecha corría con claro favoritismo. Tan así era el asunto que en dicho sector que se dieron el gusto de ir a la pelea en esta primera vuelta presidencial con no uno ni dos, con CUATRO candidatos. Y si bien durante estos años la favorita siempre fue Evelyn Matthei (por su experiencia política y el ser una persona de constante figuración en medios), entrando en 2024 José Antonio Kast abandonó el estratégico silencio para entrar con fuerza a la carrera, a quien se sumó por el ala derecha un emergente Johannes Kaiser y el siempre populista Franco Parisi. En frente, como era de esperar, las fuerzas se concentraron en la figura de la ex ministra del trabajo Jeannette Jara mientras que Marco Enriquez-Ominami decidió por quinta vez darse contra el muro de la realidad. 

Esta elección presentaba además una diferencia respecto a cualquiera anterior: el voto obligatorio. Por vez inédita deberían ir a votar cerca de catorce millones de chilenos, lo cual presentaba un escenario inédito. Y bueno, acá estoy de regreso luego de tres años de silencio dispuesto a comentar una nueva derrota para el progresismo, quizás la más calamitosa para el sector en toda la historia de Chile.  Y es que si bien se anticipaba un triunfo para la derecha, creo que en la cabeza de nadie figuraba una paliza de este tipo, una donde la candidatura de izquierda apenas alcanzó un 26,8% de apoyo mientras que la derecha sumada supera con creces incluso el 70% de las preferencias. Dicho en simple: la segunda vuelta es un trámite pues no hay manera lógica mediante la cual Jeannette Jara pueda revertir este resultado. 

Fuera del oficialismo hay dos grandes derrotados en esta elección: el progresismo en general (todas las fuerzas de izquierda, digamos) y la derecha tradicional (encarnada en la figura de Evelyn Matthei). Lo primero es por lo obvio, entre Jeannette Jara (26,8%) , Marco Enríquez-Ominami (1,2%) y Eduardo Artés (0,66%) ni siquiera hacen un 30% de las preferencias. Dramático considerando que el piso que se pensaba obtener era una cifra cercana al 38% obtenido por la opción "Apruebo" en el Plebiscito Constitucional de 2021. Es decir, se sabía que era difícil ganar esta elección pero todos esperábamos estar al menos cerca de dicho piso. Pero ni eso. La segunda derrota estrepitosa es la de Evelyn Matthei. Su cuarto lugar entre los cuatro candidatos de derecha (con un pobre 12,4%) da muestras de como el sector ha sido consumido por las fuerzas neo fascistas estilo Donald Trump, Javier Milei o Nayib Bukele, sin tener poder de respuesta principalmente ante el Partido Republicano. 

La estrategia por tanto de José Antonio Kast de mostrarse algo más moderado que en elecciones anteriores le ha funcionado, dejándolo prácticamente instalado como el futuro Presidente de Chile. Las razones del porque la derecha más conservadora está conectando de manera tan evidente con las clases más populares del país quizás las analizo más adelante en otro texto, por ahora no queda más que beber este trago amargo y asumir el presente.

martes, 6 de septiembre de 2022

Chile: La República Conservadora.

 

De muerte. Vuelvo acá a escribir y nuevamente ante una derrota. Mi último texto había sido en tiempos donde José Antonio Kast triunfó en primera vuelta de las Presidenciales 2021, y si bien, finalmente fue derrotado por Gabriel Boric en segunda vuelta, el golpe me tocó a un punto en que no quise volver a escribir por un largo tiempo. El caso es un impacto similar el que me trae de regreso. Efectivamente, en un aplastante resultado por donde se mire (62-38), el pueblo chileno en masa, a casi tres años del Estallido Social, se ha volcado a rechazar la propuesta para una Nueva Constitución, llevando el proceso a tierra muerta, a cero, y dejando todo en manos una vez más de la oligarquía nacional, es decir: el congreso. 

¿Se terminó el Estallido? Si, se terminó el Estallido. O se terminó de terminar podríamos decir. Porque señales de que aquella llama se había extinguido habíamos tenido, estuvo la derrota de Daniel Jadue (Partido Comunista) en primarias presidenciales ante Gabriel Boric (una opción que lucía claramente más moderada), también por paliza recordemos, y luego el mencionado triunfo de José Antonio Kast en primera vuelta de presidenciales. Es decir, el pueblo chileno ya había manifestado en urnas en dos ocasiones un "moderamiento" en sus intenciones. Y ojo al dato: en ambas ocasiones fue con voto voluntario, era de esperar que con la presencia de un voto obligatorio ese conservadurismo aumentaría en tendencia. Y bueno, así fue.

En el análisis, los números están a la vista. El Rechazo a la propuesta constitucional ha triunfado en 338 de 346 las comunas del país (paliza), siempre por amplia diferencia, evidenciando el que al existir un voto obligatorio, cinco millones de personas "nuevas" se sumaron al proceso, volcándose todas a la opción de rechazo al texto propuesto. 

Ahí, las razones de esta derrota histórica seguro han sido varias, algunas guardan seguramente relación con el clima que vivimos, es decir, el llamado efecto incumbente, marcado por un clima de incertidumbre económica y un gobierno que luce debilitado para la opinión pública (tal como lucía el de Sebastián Piñera cuando se realizó el plebiscito de entrada, con un resultado igual de aplastante solo que en un sentido contrario), por lo que cinco millones de personas fueron a la urna a castigar al gobierno. Algunos dirán que las fake news cumplieron su objetivo, generando un clima de miedo ante la propuesta constitucional, y seguro tendrán razón, sin embargo, un elemento que no se puede dejar de lado es el fracaso de la Convención Constituyente, la cual no supo leer correctamente el clima nacional, se marearon con la idea de que Plaza Dignidad era Chile y creyeron que el horno estaba para radicalizar los discursos. 

Como sea, la derrota ya está y esta le ha entregado a la oligarquía chilena la posibilidad de perpetuar el modelo económico por la vía "democrática", regulando el proceso a antojo. Y así seguramente será, tienen el sartén por el mango...

martes, 23 de noviembre de 2021

¡¿Por qué?!

 

La respuesta la doy desde ya: "A la gente no le basta con poesía".

Y es que muchos en shock continúan dándose golpes contra la muralla y preguntándose como es posible que un país que recientemente aprobó con un 80% el camino para la construcción de una nueva constitución, que se manifestó en las calles por  un cambio de paradigma en la sociedad, un año después instale a José Antonio Kast como primera opción para ser el próximo presidente de Chile. Y bueno, simple: "A la gente no le basta con poesía".

Hay que entender que Chile es un país que, tácitamente, apoyó el golpe de Estado de 1973 en contra de Salvador Allende, y luego aceptó 17 años de dictadura para posteriormente escoger durante otros treinta a personajes que no hicieron sino administrar el modelo económico. Hablamos de cuarenta años por lo menos del desarrollo de un libre mercado salvaje en el país. Eso sin mencionar otro dato a la causa: Chile escogió DOS VECES a Sebastián Piñera como presidente. No una, dos veces. ¡Ni siquiera Estados Unidos se atrevió a tanto con Trump! Y todos sabían que Sebastián Piñera era un personaje alejado de la ética y que vivió siempre al límite de la legalidad con sus negocios, eso siempre estuvo en la mesa, sin embargo, aquello pasó a segundo plano para el pueblo chileno a la hora de escoger. Todo lo escrito habla de una sociedad pasiva, conservadora pero, por sobretodo, que privilegia el bienestar económico, el orden, por sobre dilemas éticos.

Puede entonces que parte de las casi 2 millones de personas que votaron ayer por la opción de un ultra conservador como Kast no compartan su forma de pensar en aspectos valóricos, pero el hombre representa (para aquellos electores) orden, estabilidad, empleo y trabajo. A diferencia de un Gabriel Boric que se mostró siempre dubitativo a la hora de encarar temas relevantes para la sociedad actual, como el fenómeno migratorio (de ahí la amplia ventaja que Kast y Franco Parisi obtuvieron en regiones del norte de Chile como Iquique o Antofagasta) o la crisis económica.

¿Por qué el chileno y la chilena media apoyó el Estallido social de Octubre de 2019? Básicamente porque reconocieron el que durante treinta años se les tocó el bolsillo, se les perjudicó en materia económica. Es en esa misma lógica que ahora le entregan un enorme apoyo a José Antonio Kast y a Franco Parisi, el primero representa el orden mientras que el segundo luce como un economista anti partidos políticos que sabe de negocios. Ambos candidatos mostraron en campaña múltiples deficiencias en materia valórica y ética, Kast es un misógino conservador con una mentalidad de hombre de los años cincuenta, una persona que diferencia entre familias "bien constituidas" y aquellas que no, que considera que una pareja homosexual no merece los mismos derechos que otras, así como que la mujer violada debe parir, que ha manifestado innecesaria la redacción de una nueva constitución y que el construir una zanja en las fronteras chilenas es una buena medida contra la migración. Franco Parisi es una persona que realizó toda su campaña fuera de Chile pues no puede venir por problemas legales que decide no enfrentar, algo que en lo personal creí que afectaría su rendimiento en la elección (basta leer mi anterior columna) y donde no pude estar más equivocado. A mi mismo me costó hacer la lectura y salir de mi burbuja. 

La realidad es que todo lo mencionado pasó a segundo plano para el elector chileno. Casi dio lo mismo. La economía es primordial, y ahí, Gabriel Boric mostró vacíos y deficiencias en el discurso durante toda su campaña, dando muestras de un absoluto desconocimiento de la composición de la sociedad chilena.

Se viene la segunda vuelta. Habrá que ver si se produce un cambio de estrategia Boric pero de no ser así, acabará chocando contra el mismo muro de la primera vuelta y entregando el gobierno a la extrema derecha.

miércoles, 13 de octubre de 2021

¿Y los votos de la derecha...?



Dos semanas atrás realicé mi pronóstico, pero las cosas se están moviendo en muy poco tiempo. Y hay dos opciones que han caído y perdido rating. Primero Franco Parisi, el candidato fantasma que se encuentra en los EE.UU y que todo hace pensar ni siquiera para votar aparecerá por Chile. Respecto a él se ventiló una vieja deuda por pensión alimenticia que, cierta o no, evidentemente lo mancha y seguro reducirá aún más votación dentro de la gente joven de centro derecha. Y luego Sebastián Sichel, quien ha vivido una caída libre en estos quince días, primero al mostrar una inconsistencia enorme ante el proyecto de ley para un nuevo retiro (el cuarto) del 10% de los fondos de pensiones y luego al ser acusado por Yasna Provoste en un reciente debate de haber sido abogado lobista de una serie de empresas del sector privado, todas cuestionadas popularmente.  De esta forma Sichel, el candidato "lógico" de la derecha pierde puntos. Se muestra incoherente en sus formas y fondo, rechazando públicamente los proyectos de retiro de fondos de pensiones pero reconociendo que él si solicitó meses atrás el retiro del 10% de sus fondos. Es acusado de lobista del sector privado y no sabe reaccionar, perdiendo el control.  

Ante su baja, sin embargo, la pregunta es... ¿los votos que pierda a dónde irían a parar? Evidentemente la figura del ultra derecha José Antonio Kast sumará adeptos. Él es otro Bolsonaro, el candidato del "rechazo"y la única opción dentro de todo el abanico que está por el completo status quo, es decir, que ojalá todo volviese al Chile pre estallido social. 

No queda tan claro de todas formas si opciones más moderadas de derecha optarían por Kast o emigrarían a un "mal menor" como la demócrata cristiana Yasna Provoste. Se plantea desde ya dicha incógnita. Ante la pérdida de crédito de Sichel a un mes de las elecciones... ¿Qué ocurrirá con los votos de la derecha? ¿Extremarán posiciones o tenderán al centro? El tiempo hablará...

jueves, 30 de septiembre de 2021

¿Carrera ganada?

Hoy me entregaré a un trabalenguas, pero allá voy...

Frente a la próxima elección presidencial en Chile, para nadie es secreto que Gabriel Boric corre como principal favorito. Contextualicemos: la izquierda en Chile realizó dos primarias, una contó una importante concurrencia (1 millón 700 mil personas) y en ella el candidato de Convergencia Social superó al comunista Daniel Jadue (en lo que en jerga futbolística llamamos "una final anticipada"), mientras que otra enfrentó a Yasna Provoste (Demócrata cristiana) con Paula Narváez (Partido Socialista) con escasa participación (una ridiculez: 200 mil personas). Sin embargo, más allá de estas primarias, es lógico pensar que la votación en las presidenciales de Yasna Provoste debería ser mucho mayor que dicha cifra y esta se debería acercar a lo obtenido por su sector obtuvo en la elección de Constituyentes de 2021. En ese entonces, entre la DC, el PS, el PPD, Partidos Liberal y Radical sumaron aproximadamente 800 mil votos. Por ahí debería andar Yasna Provoste. Entre 600 mil y 750 mil votos. 

En aquella elección de Constituyentes el pacto de Gabriel Boric obtuvo cerca del millón de votos (por arriba), lo cual sería esperable que sostuviese para la presidencial, quizás un poco más, pues podría sumar algo (poco) de la votación de la llamada Lista del Pueblo y simpatizantes del Partido Comunista. Entre un millón 200 mil y 300 mil votos podría ser mi pronóstico. Y siguiendo con la izquierda, en la elección presidencial de 2017, Marco Enriquez Ominami obtuvo algo más de 300 mil votos y Eduardo Artés 30 mil votos, el primero yo pensaría que podría mantener dicha cifra pero el segundo podría aumentar, considerando que la Lista del Pueblo no tiene candidato, y este era el pacto de miradas más radicales dentro de la izquierda. Por ende, yo pronosticaría 300 mil votos para ME-O y unos 100 mil para Artés.

Pasándose a la vereda del frente, Sebastián Sichel (el candidato oficial de la derecha, el que cuenta con el apoyo de Sebastián Piñera y el oficialismo) obtuvo 670 mil votos en su primaria, a lo que debería sumarse la votación de la UDI, RN y Evopoli, lo cual debería acercarlo al millón de votos, mientras que José Antonio Kast debería mantener su votación obtenida en la presidencial de 2017 (el votante de ultra derecha es un voto duro, se sabe), es decir, 500 mil votos aproximadamente. Finalmente, el candidato fantasma Franco Parisi sigue en EE.UU y nada hace pensar que venga a Chile (yo pronostico que ni siquiera vendrá para votar) , lo cual debilita su opción y pese a que en las elecciones de 2013 obtuvo poco más de 600 mil votos, en esta ocasión no lo veo superando los 300 mil, lo cual sigue siendo una cifra increíble considerando que el hombre no aparece en medios desde hace casi diez años. Solo en Chile...

En definitiva, mi pronóstico a día de hoy, y con una participación cercana a los 4.3 millones de personas, sería: Boric 1.3 millones (31%) , Sichel 1 millón (23%) , Provoste 750 mil (18%) , Kast 500 mil (11%) , ME-O 300 mil (7%) , Parisi 300 mil (7%)  y Artés 100 mil (2%).

A ver como me va en ese 21 de noviembre...

sábado, 31 de julio de 2021

La derrota de Jadue.

Para quien me lea y es de afuera (de Chile): un par de semanas atrás se llevaron adelante las primarias presidenciales, tanto en la derecha como en parte del mundo de la izquierda. En esta última se enfrentaban el candidato del Frente Amplio, el joven Gabriel Boric (de 35 años de edad) y Daniel Jadue, representante del Partido Comunista. No es secreto para nadie el que Jadue era el amplio favorito. Alcalde y figura mediática desde hace una década, candidato a la presidencia desde hace rato también, a diferencia de Boric, a quien le cayó encima la opción de ser candidato (tras la negativa de Beatriz Sánchez) tan solo un par de meses atrás. Sin embargo, David se impuso a Goliat, ¡y por amplia diferencia! Un millón de votos versus 600 mil. 


Tras el resultado de la elección, de inmediato surgieron voces afirmando que "la derecha se movilizó por Boric, yendo a votar para detener al candidato comunista". Asunto que me parece no puede estar más alejado de la realidad. Y es que si bien los antecedentes hablaban de que el Frente Amplio posee un mayor arrastre que el Partido Comunista (*), estos últimos esperaban que la figura de Daniel Jadue sumase adhesión por si sola, sobre todo en sectores "más a la izquierda", léase, el mundo que ha estado en la calle desde el estallido social del 18 de octubre de 2019. Aquello, sin embargo, no ocurrió. 
Dicho en simple: Gabriel Boric sumó por el centro mientras que Daniel Jadue no sumó por izquierda.

Es evidente que sectores cercanos al mundo de la ex concertación (Partido Socialista, Democracia Cristiana, PPD) fueron a votar por Gabriel Boric mientras que la gente cercana a la Lista del Pueblo, que no era poca (**), no se movilizó por Jadue. Por ende, la ya existente diferencia en votos del Frente Amplio por sobre el Partido Comunista, lejos de acercarse, se amplificó.

El resultado de esta elección siempre un escenario incierto respecto a las elecciones presidenciales de fin de año. Por un lado queda un vacío importante en el mundo de la izquierda más radical, quienes si no apoyaron a Jadue menos van a apoyar a Gabriel Boric, considerada una figura más "moderada" por los ultrones de izquierda, y por otro lado queda por ver si efectivamente Yasna Provoste (Demócrata cristiana) emergerá como candidata presidencial del mundo de la ex concertación y la centro izquierda, asunto que sería nefasto para Gabriel Boric, pues este perdería votos del centro de cara a fin de año y difícilmente sumará más por izquierda.

Habrá que ver como se va desenredando la madeja durante estos meses. Por ahora, lo único que está claro es que la derecha sigue en el suelo y los machitos de la izquierda siguen compitiendo por ver quien la tiene más grande...

(*) En la elección de constituyentes de mayo 2021, el Partido Comunista obtuvo 284 mil votos mientras que Revolución democrática + Convergencia social (sectores asociados a Gabriel Boric) sumaron más de 500 mil votos. 

(**) En la misma elección mencionada en el punto anterior, la Lista del Pueblo sumó en total un poco más de 900 mil votos. 

martes, 18 de mayo de 2021

La caída.

Desde un buen tiempo a la fecha se viene dando el desplome de un ciclo económico/político en Chile. Las señales fueron varias: el movimiento estudiantil en 2006, la llegada del voto voluntario en 2012, un segundo gobierno (2014-18) de Michelle Bachelet que intentó realizar reformas estructurales al modelo (educación, reforma tributaria, propuesta de una asamblea constituyente) y así, una serie de señales que el orden político decidió (a conveniencia) ignorar. Se equivocaron, sin embargo, cavando su propia tumba. Tensionaron la cuerda al límite, la cual contará la leyenda acabó por cortarse un 18 de octubre de 2019 con el estallido social y posterior acuerdo para la elección de una asamblea constituyente. La pandemia del Covid 19 acabó desplazando dicha elección pero esta al fin llegó, se realizó este pasado fin de semana con resultados que acabaron por sorprender hasta a los más incrédulos. 

Y llegó el desplome, del bipartidismo y principalmente de la derecha chilena, anclada en la defensa a ultranza de un viejo orden que comienza a agonizar. Participaron en las elecciones menos personas de las que se esperaban, fueron 6.3 millones de votantes (un 42,5% del padrón) quienes escogieron a 155 constituyentes, repartidos de la siguiente manera: 52 de la oposición (dividida en dos pactos), 48 independientes (de organizaciones de izquierda principalmente), 38 de derecha, además de los 17 cupos designados y asegurados para representantes de pueblos originarios. El caso es que la derecha alcanzó un escuálido 24% de los cupos, lejos, muy lejos del 33,3% al que aspiraban y que les permitiría bloquear iniciativas constitucionales que no respondiesen a su interés. 

El primer y gran derrotado de esta elección por tanto es la derecha chilena. Han quedado a la deriva en materia constitucional, pero eso no es todo, la derrota fue muchísimo más amplia pues en cuanto a alcaldías han perdido municipios importantes (mencionados más adelante) mientras que en la elección de gobernadores, de los quince cargos posibles no obtuvieron ninguna mayoría directa, en nueve irán a una segunda vuelta pero tienen opciones de triunfar en realmente pocas. Dicho en simple: están en la B. 


En la misma línea, impacta (como nunca antes) el que figuras relevantes del mundoconservador como Mariana Aylwin, René Cortázar, Gonzalo Blumel, Sylvia Eyzaguirre o Jorge Correa Sutil, personajes financiados por el empresariado para precisamente llegar a la Constituyente y defender sus intereses, han quedado fuera. La gente los ha dejado fuera y ha optado por independientes, por la llamada "Lista del pueblo", una por la que nadie daba un peso pero que acabó obteniendo (sin financiamiento alguno) 27 cupos en la Convención o Asamblea Constituyente. Un hecho inédito en la historia de Chile, también un golpe a tener en cuenta por la clase política, pues el rechazo a los partidos políticos es importante. 

Fuera de los independientes, también ha obtenido un gran resultado el Frente Amplio (con una presencia femenina joven inédita, potente e importante) que ha recibido un shot de oxígeno con las victorias obtenidas en las Municipales, donde sus candidatos lograron recuperar comunas emblemáticas que estaban en poder de la derecha, como Santiago (Irací Hassler), Maipú (Tomás Vodanovic), Ñuñoa (Emilia Ríos) o Viña del Mar (Macarena Ripamonti), y Gobernadores, con el extraordinario es el caso de Rodrigo Mundaca, un férreo defensor del agua y el medio ambiente que ha triunfado en Valparaíso, mientras que el Partido Comunista se consolida como opción importante de cara a la próxima presidencial, con Daniel Jadue como principal figura. 

El principal ganador del proceso, sin embargo, ha sido Chile y su opción por el cambio, el cual por primera vez se vislumbra como una alternativa real. La vieja política que se desarrolla de espaldas a la gente, el bipartidismo y sus representantes parecen vivir sus últimos momentos.