¿Se terminó el Estallido? Si, se terminó el Estallido. O se terminó de terminar podríamos decir. Porque señales de que aquella llama se había extinguido habíamos tenido, estuvo la derrota de Daniel Jadue (Partido Comunista) en primarias presidenciales ante Gabriel Boric (una opción que lucía claramente más moderada), también por paliza recordemos, y luego el mencionado triunfo de José Antonio Kast en primera vuelta de presidenciales. Es decir, el pueblo chileno ya había manifestado en urnas en dos ocasiones un "moderamiento" en sus intenciones. Y ojo al dato: en ambas ocasiones fue con voto voluntario, era de esperar que con la presencia de un voto obligatorio ese conservadurismo aumentaría en tendencia. Y bueno, así fue.
En el análisis, los números están a la vista. El Rechazo a la propuesta constitucional ha triunfado en 338 de 346 las comunas del país (paliza), siempre por amplia diferencia, evidenciando el que al existir un voto obligatorio, cinco millones de personas "nuevas" se sumaron al proceso, volcándose todas a la opción de rechazo al texto propuesto.
Ahí, las razones de esta derrota histórica seguro han sido varias, algunas guardan seguramente relación con el clima que vivimos, es decir, el llamado efecto incumbente, marcado por un clima de incertidumbre económica y un gobierno que luce debilitado para la opinión pública (tal como lucía el de Sebastián Piñera cuando se realizó el plebiscito de entrada, con un resultado igual de aplastante solo que en un sentido contrario), por lo que cinco millones de personas fueron a la urna a castigar al gobierno. Algunos dirán que las fake news cumplieron su objetivo, generando un clima de miedo ante la propuesta constitucional, y seguro tendrán razón, sin embargo, un elemento que no se puede dejar de lado es el fracaso de la Convención Constituyente, la cual no supo leer correctamente el clima nacional, se marearon con la idea de que Plaza Dignidad era Chile y creyeron que el horno estaba para radicalizar los discursos.
Como sea, la derrota ya está y esta le ha entregado a la oligarquía chilena la posibilidad de perpetuar el modelo económico por la vía "democrática", regulando el proceso a antojo. Y así seguramente será, tienen el sartén por el mango...