martes, 26 de enero de 2010

Derrota Concertación

Se veía venir

La reciente derrota de la Concertación en las presidenciales se veía venir desde hace mucho tiempo. Más de lo que muchos quisiesen ver incluso.

Muchos méritos tuvo la Concertación en sus inicios pero quizás el más importante fue el comprender que a la hora de construir en política la primera mirada debe ser hacia dentro, primero debes sanar tus propias heridas para después analizar al oponente.


Fue de esta manera que los partidos Socialista y Demócrata Cristiano, sectores que en un momento de la historia parecieron irreconciliables, entendieron que para vencer a la dictadura se debía mostrar al país un gesto de unidad verdadero y potente. Se sentaron entonces a la mesa y aunaron criterios. Revisaron su pasado, su historia, enfrentaron las héridas y a partir de ahí decidieron construir el futuro de Chile juntos. Con esto parte de la izquierda chilena se tomó "el centro" y aisló a la derecha, la cual a su vez nunca se desembarazó del gobierno militar, de sus políticas y abusos varios. Triunfó así la Concertación de manera categórica en el plebiscito de 1988 y posteriormente en las presidenciales de 1989 y 1993.

El problema fue que el tiempo pasó, los viejos van muriendo y el padrón electoral se va modificando (aunque muy lentamente en el caso chileno). Con esta renovación aquel discurso "contra la derecha pinochetista" poco a poco comenzó a perder peso y poder real. Fue de esta manera que en 1999 Ricardo Lagos necesito del voto de los comunistas para vencer a un populista y básico Joaquín Lavín y en 2005 fue Michelle Bachelet quien nuevamente necesito de la llamada "izquierda extraparlamentaria" para vencer a la derecha. Esta vez sencillamente no les alcanzó.


La Concertación se emborrachó de sus triunfos no viendo (o no queriendo ver) la realidad. Se conformó con vencer a la derecha elección tras elección sin importar el como, no se detuvo jamás a revisar de manera autocrítica el modelo económico ni de analizar aspectos fundamentales tales como la pésima distribución de la riqueza que existe en Chile o el desigual acceso a derechos básicos tales como la educación y la salud. Poco a poco comenzó a evidenciarse una contradicción vital entre el discurso y los hechos por parte de la coalición oficialista. Por una parte se hablaba de una nación más justa pero hoy recordamos como Ricardo Lagos entregó un país aún más desigual que el que la Concertación recibió en 1990 (que ya era bastante). Se hablaba de participación ciudadana pero los índices de participación real eran cada vez menores. Según SERVEL(1*) si en 1992 un 88% de los jóvenes menores de 30 años se encontraban inscritos en los registros electorales para 2002 la cifra había descendido a un 22%. Aquel dato por si solo ya daba para que la Concertación realizase una respectiva autocrítica, la cual nunca llegó. Muy por el contrario, siempre oímos soberbia "el país nos apoya", "la ciudadanía agradece el camino que hemos adoptado", etc . Todas frases mentirosas que no dejamos nunca de oír durante estos últimos 20 años.


Probablemente dentro de todo el historial de errores de visión por parte de la Concertación el más patético de todos vino a producirse en la campaña presidencial 2009. Michelle Bachelet encumbraba su popularidad por sobre el 80% en las encuestas y el candidato oficialista Eduardo Frei obtiene en primera vuelta un 29% de las preferencias. ¿Qué tal? ¿Cómo se entiende aquel hecho? Algunos todavía andan buscando explicaciones y culpables cuando los errores han estado siempre ahí, a la vista de cualquiera. Sólo había que levantar la alfombra un poco.

La Concertación no quizo ver que sus triunfos no se debían principalmente a las políticas adoptadas durante sus gobiernos sino que a múltiples factores tales como el mencionado "rechazo a la derecha", la lenta renovación del padrón electoral (al inscribirse pocos jóvenes votaban practicamente siempre los mismos elección tras elección) y el carisma de personajes tales como Ricardo Lagos o Michelle Bachelet. Para muestra un sólo botón: ¿Cómo se entiende que medio país haya criticado la famosa LOCE en educación pero luego cuando Michelle Bachelet aprobara la LGE nadie dijese nada? ¡Simple! La mayoría de la gente en Chile ha recibido pésima educación durante 30 años, luego su capapacidad de análisis es nula. La mayoría simplemente se suma a lo que le suena bonito. De ideas nada.

Y llegó la designación del candidato para las elecciones 2009 y los partidos de la Concertación, enceguecidos por tanto triunfo consecutivos, no lograron ver que Eduardo Frei era el peor de los nombres que podían escoger: su imagen venía muy desgastada tras su gobierno (dejó el poder con un 28% de aprobación) , representaba a "las viejos políticos" estancados en el poder y tenía muy poco carisma como candidato. Con todo aquello lo escogieron y ahí están los resultados: derrota frente a una derecha que no pudo ser más torpe a su vez, pero derrota al fin y al cabo.

En mi parecer la Concertación debió perder en 1999 y sino en 2005 también debió perder. Pero cosa curiosa, la poca participación que supuestamente a ellos no les gustaba los terminó salvando. Hoy no deben seguir engañandose. Sólo un 29% de quienes votan (¡que poca gente!) los quería nuevamente en el poder y si aumentaron ese porcentaje a un 48% en segunda vuelta esto se debió exclusivamente al rechazo a la derecha, es decir, a un voto sin convicción, un voto por descarte. Dicho de otra manera: desde hace 10 años que la Concertación era "el mal menor" y con eso les bastaba para triunfar. Hoy cuando les ganó "el mal mayor" creo que es momento de sacar los trapitos al sol y realizar una limpieza profunda en el sector.

¡Opinen!
Saludos
Esteban











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